Table of Contents
5 Razones para Amar la Tarta de Cuajada en Cada Ocasión
Tarta de Cuajada… siempre que la menciono, la gente me mira con esa cara de “¿cómo se hace eso? ¿Es muy complicado?” Y oye, lo entiendo totalmente. Porque cuando buscas ideas para un postre saludable, o simplemente algo rápido para compartir, todo parece o muy rebuscado o con mil ingredientes raros. Si alguna vez te preguntaste cómo llenarte la barriga con algo dulce, cremoso y, por qué no, un poco más sano sin complicarte la vida, aquí te cuento por qué la Tarta de Cuajada es ese comodín ideal para cualquier ocasión. Hasta para impresionar a la familia el domingo después de comer.

Cómo hacer tu propia leche vegetal (es fácil, de verdad)
No te pasa que vas al súper, ves los precios de la leche vegetal y te sorprenden para mal. Pues, amigo, la realidad es que hacer leche vegetal casera es más sencillo que buscar el mando de la tele en el sofá. Yo empecé con la de avena por pura curiosidad, y ahora ni compro la industrial. Solo necesitas:
- Agua filtrada y el ingrediente base (avena, almendras, soja —o lo que quieras)
- Batidora potente (esa que usas para todo)
- Colador de tela o tela fina (si no tienes, pues un colador normal grande y ganas)
Mezcla el cereal o fruto seco con agua, bate unos segundos hasta que no veas tropezones, cuela y listo. Puedes añadirle un poco de canela, vainilla, o endulzante si eres goloso. Cuando haces tu propia leche vegetal, la Tarta de Cuajada toma otro nivel y se siente casera de verdad. Y además controlas tu dieta, que siempre va bien cuando quieres darte un gusto menos culpable.
Probé la receta usando mi propia leche de nueces. ¡El sabor fue brutal! Mucho más cremosa que con las que venden, de verdad.

Platos caseros listos para calentar y disfrutar
A ver, todos queremos comer bien pero nadie quiere pasarse tres horas en la cocina. Por eso soy súper fan de tener platos caseros listos para calentar. Para esos días caóticos o cuando tienes gente en casa, la Tarta de Cuajada se presta: la preparas de antemano, la metes en la nevera y aguanta perfecta. Incluso, bueno, mejora el día después. He llevado mi tarta a reuniones y no queda ni la muestra para el perro. Y eso que a veces ni le pongo mucho adorno encima, solo unas nueces o un poco de fruta fresca si tengo.
Lo mejor es que combina con casi cualquier plato. Puedes hacer una comida sencilla, tipo ensalada gigante o gazpacho, y sacar la tarta de postre. Todos felices. Sabe a “hogar” pero sin el estrés de las elaboraciones largas. Es ese postre que te hace sentir como si supieras mucho de cocina, aunque la realidad sea otra.
Prepara una de las mejores tartas de queso para celebrar su día
El día de la tarta de queso lo intento celebrar cada año en casa. No hay excusa, seamos sinceros. Y me preguntan, ¿qué diferencia la Tarta de Cuajada de las demás? Sencillo: su textura. Queda mucho más ligera, fresca y digerible. Puedes tunearla de mil maneras:
- Añade unas frambuesas por encima para un puntazo ácido.
- Prueba con base de galleta de avena si quieres darle el toque fit.
- Si tienes leche condensada a mano, media lata en la mezcla, y ya está: nivel cinco estrellas.
- ¿Te atreves con sirope de arce? Un hilo por encima y… “madre mía”, me dijo mi suegra el otro día.
De verdad, es la tarta “resultona” para celebrar o alegrar cualquier tarde con amigos. ¿Mi secreto? Dejarla reposar mínimo una noche. El sabor se asienta y queda de campeonato.
Otras recetas de Postres Ultzama
Ya que estamos con postres, déjame contarte algo. En la zona de la Ultzama, al norte, tienen una variedad de postres que no salen en la tele, pero están brutales. Mi tía abuela hacía cuajadas, arroz con leche, y flanes con una paciencia que impresionaba. Copiar recetas así es como conectar con el pasado y darle tu toque modernito.
He adaptado alguna tarta de la abuela cambiando azúcar por panela, o usando harinas integrales. La Tarta de Cuajada encaja bien en este club. Puedes meterle ralladura de limón, un poco de queso batido, frutos secos… y sabe a pura tradición pero sin tanto remordimiento. Así, vas probando, ajustando el dulzor y, por supuesto, repitiendo postre más de una vez (oye, sacrificio cero).
Muy de temporada: siete trucos para un gazpacho perfecto
Esto no es postre, pero merece mención porque el gazpacho y la Tarta de Cuajada juntos en verano, son plan redondo. En mi casa, el gazpacho es religión. Y hay trucos que aprendí después de muchos gazpachos regularcillos (lo admito):
- Usa solo tomates bien maduros (olvídate de los de invierno).
- No abuses del ajo, mejor poco que demasiado.
- Un chorrito de vinagre de Jerez sube de nivel el sabor.
- Ponlo en la nevera unas horas antes de servir.
Después, sacas una buena porción de Tarta de Cuajada bien fresquita y, sinceramente, ¿quién quiere pastelería industrial después de esto? El menú veraniego definitivo.
Common Questions
¿La Tarta de Cuajada se puede hacer sin horno?
Sí, la mayoría de recetas solo necesitan nevera para cuajar. Muchísimo más fácil y limpio, en serio.
¿Se puede usar leche de vaca o solo vegetal?
Usa la que prefieras. Las dos funcionan, aunque con la vegetal queda un poco menos pesada y perfecta si no digieres bien la leche tradicional.
¿Cuánto dura en la nevera?
Suele aguantar perfecta unos 3 días. Eso sí, no te confíes… rara vez te va a sobrar tanto tiempo.
¿Se puede congelar?
No lo recomiendo, cambia la textura y ya no es lo mismo. Mejor haz menos cantidad si crees que va a sobrar.
¿Qué puedo usar para decorarla si no tengo frutas frescas?
Intenta con mermelada, frutos secos o incluso un poco de cacao en polvo. No te compliques, queda rica igual.
Un toque final para que te animes a probar
Hazme caso: prueba la Tarta de Cuajada en casa y verás cómo repites receta. Es sencilla, versátil y perfecta para cualquier ocasión. Una alternativa estupenda a los postres de siempre y además puedes encontrar ideas espectaculares visitando blogs como Tarta de cuajada – Toledo en Dulce o dejarte sorprender por versiones modernas como la tarta de cuajada de limón con merengue italiano quemado. Que no te engañen, no tienes que ser chef para preparar un postre digno de foto (lo juro por mi cafetera). ¡A por ello, que seguro te sale de rechupete!
