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MANTECADAS… ay caramba, ¿quién no ha antojado esas esponjositas maravillas mexicanas justo a la hora del café, o porque sí? Te ha pasado, ¿no? Tienes un paquete de Mantecadas y simplemente desaparecen. Sinceramente, nunca me duran ni dos días (y no me juzgues, por favor). Pero admitámoslo, a muchos nos falta saber realmente cómo se hacen y qué onda con conservarlas para que no se pongan tiesas al rato. Siempre digo, más vale saber hacerlas que quedarse con el antojo. Sígueme el rollo, que hoy te cuento todito de las famosas Mantecadas, cómo prepararlas y hasta cómo guardarlas bien después de hornearlas.

¿Qué son las mantecadas?
Vámonos directo al grano. Las Mantecadas son como los primos mexicanos de los muffins, pero —ups, sin ese toque gringo que a veces empalaga. Son muy suaves, dulces, con ese color amarillo que te hace salivar nomás de verlas. Tienen una textura bien esponjosa, casi como si mordieras una nube con sabor a mantequilla (bueno, así lo siento yo).
¿De dónde sale esta delicia? Pues, la neta, se inspiran en recetas españolas, pero lo que te venden en la tiendita mexicana tiene su propia onda. Las encuentras en bolsita, con su papelito rojo o blanco, y desde chiquillo las tienes en fiestas, lonches y en la canasta de la abuela.
Y sí, aquí entre nos, las mejores, las caseras. Lo digo porque ya probé todas las del súper… y no siempre llenan el corazón como las que haces en casa. Dale una miga al cafecito y verás.
La primera vez que horneé mantecadas, me salieron raras (medio duras y pálidas) pero después encontré mi truco para que quedaran super aireadas y nunca volví a comprar de tienda.

Ingredientes de las mantecadas
Para armar unas Mantecadas dignas de presumirse en la casa, solo necesitas ingredientes súper normales, nada de buscar unicornios en la tienda:
- 2 tazas de harina de trigo
- 3/4 taza de azúcar (blanca, refinada pues)
- 3 huevos (grandes si puedes)
- 1 taza de mantequilla derretida (¡sí mantequilla, por algo el nombre!)
- 1/2 taza de leche entera (sin miedo al éxito, tampoco light)
- 2 cucharaditas de polvo para hornear
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Ralladura de limón opcional (si quieres darle twist fresco)
Eso es todo, sin cosas raras. Y si quieres “tunearlas”, prueba con arándanos, chispas o lo que te caiga en gracia.
Cómo hacer mantecadas
Ahora sí, agárrate que esto no requiere licenciatura culinaria ni nada por el estilo, pero el orden sí importa:
Primero mezclas la mantequilla con el azúcar hasta que quede esponjoso. Hazlo a mano o con batidora, como prefieras. Luego agrega los huevos, uno a uno, y que todo quede bien unido. Ya después, echa la leche y la vainilla, despacito. Lo demás, o sea la harina, polvo de hornear y la pizca de sal, lo vas integrando sin batir de más. Si quieres la ralladura, aquí va también.
Ahora sí, el secreto: no batas mucho. Eso hace que no salgan “pesadas”. Divide la mezcla entre los moldes (ponles papeles especiales si tienes), hasta llenar como 3/4.
Mételas al horno precalentado a 180°C por unos 22-25 minutos. O hasta que notes que el palillo sale limpio y la parte de arriba se ve dorada, como solecito. Deja enfriar (al menos un poquito, aunque yo siempre me robo una calientita).
Y el aroma… ¡uff!
Consejos para la receta
Aquí van unos tips (de esos que solo te cuenta alguien con experiencia chueca, jejeje):
- Usa mantequilla de calidad, neta se nota la diferencia en el sabor.
- No sobre-batas la mezcla, las hace más esponjosas y ligeritas.
- Si quieres un toque más jugoso, agrega un chorrito de jugo de naranja.
- Deja enfríar las Mantecadas sobre una parrilla para que no suden y se pongan fúchilas.
Almacenamiento y recalentamiento
Te cuento la neta: guardar Mantecadas caseras no es ciencia de cohetes, pero sí tiene su truco. Si las dejas al aire libre, en menos de un día se ponen resecas. La clave está en meterlas en un recipiente hermético, así aguantan frescas hasta 4 días.
¿Las quieres más tiempo? Mételas en bolsita y van al congelador. Yo las he sacado dos semanas después y parecen recién horneadas. Sólo déjalas descongelar un rato o mételas, unos segundos, al microondas. El aroma vuelve y parece que estás en panadería otra vez.
Recuerda no meterlas calientes en el envase, porque hacen humedad y se echan a perder rapidísimo… y tampoco quieres eso, ¿verdad?
Common Questions
¿Las Mantecadas llevan manteca?
No, el nombre confunde, pero van con mantequilla, no con manteca.
¿Qué hago si salen planas o duras?
Tal vez batiste de más o te faltó polvo para hornear. Intenta batir menos y usa polvo fresco.
¿Puedo hacer la mezcla con anticipación?
Es mejor hornearlas en cuanto mezclas, pero puedes guardar la mezcla un par de horas en el refri si te urge.
¿Las puedo hacer con menos azúcar?
Sí, aunque cambiará la textura, pero no pasa nada si quieres algo menos dulce.
¿Qué puedo usar si no tengo moldes para muffins?
Hasta con moldes de flan salen, sólo ponles papelitos o engrásalos bien.
Hora de hornear y disfrutar
Bueno, ahora ya sabes qué son las Mantecadas, cómo se preparan, sus ingredientes reales y qué hacer para que duren frescas. De verdad, nada como el olor de Mantecadas recién hechas para alegrar la casa. Si nunca las has hecho, te juro que es la receta más sencilla y apapachadora (además apantallas, parece repostería de cinco estrellas). No te vayas sin probar más recetas mexicanas en Directo al Paladar México que también tienen recetas que hacen que no te arrepientas. ¿Listo? Anímate y échale ganas, nadie se resiste a unas Mantecadas calientitas.
